Colocar bajo un mismo concepto el comportamiento de un niño hiperactivo sería un error. Los pequeños se muestran revoltosos y suele ser toda una odisea calmarlos, sin embargo dicha conducta varía en su frecuencia e incluso sus causas podrían ser muchas.
Los padres buscan en los especialistas respuestas a sus problemas. De este modo, tanto neurólogos, pediatras, psicólogos y educadores unen sus conocimientos para entender el origen de este comportamiento infantil
Es necesario conocer el estado clínico del menor antes de otorgar un tratamiento. Eso significa evaluar el presente y atender a las anomalías observadas.
Asimismo en el área intelectual si es necesario conocer los antecedentes académicos del niño y también los actuales. Las calificaciones serán un termómetro orientador, pero no debemos olvidar los aspectos positivos también registrados en años anteriores
Otro factor relevante es el biológico. En él, los médicos detectan a través de exámenes si existen anomalías congénitas, algún trastorno neurológico o síntomas orgánicos que nos conduzcan a las causas.
Finalmente el aspecto familiar podría ser el responsable de una conducta hiperactiva. Se deben analizar las relaciones entre los padres y el niño, la crianza (disciplina, valores, afecto), asimismo la ubicación de la vivienda, la calidad de vida e incluso si el tamaño de la casa es determinante.
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